Las cosas buenas suceden en un instante

Queridos Cabezones:

No concibo la idea de que alguien se pueda sentir ofendido por el termino, recuerden que somos cabezas de ratones… ¿O no?. Espero que sus días no hayan sido tan largos, grises y aburridos sin leerme (exceso de modestia). Como se pueden dar cuenta estoy muy graciosa hoy, así que no me tomen muy en serio.

En este lapso de tiempo sin escribir me encontraba dándole forma a los pequeños detallitos del Blog… muchas opiniones respecto al mismo. Unos creen que debo escribir diariamente, otros que debo hacerlo inter diario, o que las entradas deben ser más cortas. Les ruego que después de terminar de leer este post, me den sus respectivas sugerencias de la frecuencia y el tamaño en que prefieren los artículos.

Estas últimas semanas han sido impredecibles como todo lo que gira a mí alrededor, mas sin embargo, dentro de todas mis ocupaciones y distracciones he hecho una peculiar observación.

Como Dejavú siempre viene a mi mente esta frase “Good things happen in an instant” (La cosas buenas suceden en un instante), es el slogan de la Lotería de New York y donde quiera que me dirija estas vallas publicitarias me persiguen y llaman poderosamente mi atención: en el tren, en la calle, en el subway… en fin, creo que si fuera una revelación de los numerito a jugar , ya seria millonaria y por ende estuviera de camino a escribir mi libro.

Paralelamente a esta persecución de la Lotería de New York, a la Agencia de Viajes donde trabajo suelen ir muchos dominicanos y el otro día tuve una conversación muy interesante con una Joven. Ella tenía unos 30 años, su estilo muy Dominican-York, cadena de oro de 14 kilates, con el que imagino era su nombre: “Yesenia”, “un descuidado mojaito o curly hair “, cara de cansancio, ropa de trabajo como la de una enfermera de Hospital… no quiero abundar en detalles sobre Yesenia, más bien les hablare de nuestra charla. Ella me decía que trabajaba el año completo, incluso los sábados y domingos, que no tenia vida social, que no salía, no tenía amigos y que su dicha se desprendía de Diciembre (y créanme no lo decía por que esperara el doble sueldo o un bono navideño) , no, no, su felicidad era viajar a Santo Domingo a visitar a sus familiares y pasarla bien con sus amigos. El mensaje está explícito.

Cuanto de nosotros sujetamos nuestra “felicidad” a un momento determinado: cuando me gradúe, cuando consiga un mejor empleo, cuando me case, cuando tenga hijos, cuando gane mejor en el trabajo, cuando este flaca, cuando encuentre al amor de mi vida, cuando me vaya de vacaciones, cuando tenga más tiempo, cuando, cuando, cuando... nos encanta posponer nuestra felicidad.

En espera del gran momento de felicidad pasamos por alto los pequeños instantes de alegría. Sí, yo soy una que últimamente, vivo el día a día en la expectativa y en la búsqueda de ese gran momento. Pero, considero que hoy debemos reflexionar al respecto, Wake up, la vida es ahora, el momento de ser feliz y disfrutarla comienza en este preciso instante. Desde que despertamos asumimos el compromiso y la responsabilidad de diseñar predeterminadamente de que manera nos haremos felices a nosotros mismos. Si el “instante mágico” de la Lotería de New York no llega, pues, inventémoslo. Olvídate de esperar a diciembre , vive hoy.

Date un día perfecto, haz lo que te hace feliz, mira lo que te da alegría, rodéate de imágenes y sonidos que te dan placer, escucha lo que eleva tu espíritu, ríe a carcajadas, baila sin música, canta aunque te este escuchando, come despacio y habla con los que calientan tu corazón.

La vida es corta, vive hoy ;)

Bendiciones infinitas,

Chanel Fdez